El TDAH es un trastorno que además de afectar a quien lo padece, tiene un impacto muy importante en la vida de las personas que lo rodean, principalmente en la de sus padres. La actitud de estos frente al trastorno es determinante en su evolución.
A continuación te proporcionamos las claves de una actitud positiva frente al trastorno por déficit de atención con hiperactividad:
COMPRENDER EL TDAH
Antes del diagnóstico, los padres ya se ven sometidos a una presión muy grande: ¿qué le pasa a nuestro hijo/a? ¿por qué? ¿en qué hemos fallado? ¿a quién tenemos que acudir? ¿cómo le podemos ayudar? Todas estas preguntas sin respuesta en un principio, crean angustia y estrés que desembocan en una gran frustración e impotencia.
En esta primera fase es muy importante informarse bien sobre el trastorno en fuentes fiables: webs en internet, asociaciones de pacientes, médicos especialistas en TDAH… De esta forma, irás encontrando poco a poco respuestas a tus preguntas, ayudándote a aceptar y comprender mejor a tu hijo/a.
CENTRARSE EN LO IMPORTANTE
Una vez que se ha realizado el diagnóstico y que se ha comprendido qué es y cómo afecta el TDAH, es muy importante que como padre/madre, centres tus esfuerzos en lo más importante: ayudar a tu hijo/a.
Son muchas las cosas que puedes hacer para que tu hijo/a lleve “una vida normal”. Partiendo de la comprensión del trastorno que hemos mencionado anteriormente, aprenderás cuáles son los síntomas más pronunciados (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad, o una combinación de estos), en función de los cuales adaptarás tus esfuerzos para apoyarle.
Destacaremos de forma general 4 aspectos importantes en los que tu ayuda es clave:
- Autoestima. Haz un esfuerzo por valorar más sus logros y éxitos que sus fracasos, y compártelo con él/ella. Tu valoración le enseñará a valorarse. Debes entender que él se esfuerza, quizás más que los demás, y no consigue resultados, por lo que prácticamente nunca recibe comentarios positivos.
- Organización. Tendrás que enseñarle a organizarse con mucha paciencia. Muéstrale trucos para acordarse de las cosas, organizad juntos las tareas, la repartición del tiempo por actividades… Pero siempre debes tener presente que debido a su trastorno no será tan obvio como para otro niño/a.
- Unión. Las situaciones que pueden surgir de la convivencia con un niño/a con TDAH pueden generar desacuerdos entre los padres al enfrentarse a los problemas. Procura tomar las decisiones juntos y que el niño/a sepa que las decisiones deben ser aprobadas por ambos. Esta unión evita disputas delante de los hijos y transmite coherencia, fuerza y estabilidad.
- Amor y cariño. Intenta no desesperarte y mantener la calma ante las situaciones difíciles. No debes tomarte las cosas de forma personal porque esto creará distancia entre tu hijo/a y tú. Habla con él/ella, juega, pasa tiempo haciendo algo juntos que a él/ella le interese y le guste. Vuestra relación se verá muy reforzada y te ayudará a no verlo todo tan negro.
CAMBIA EL “NO, ESTÁ MAL” POR EL “MUY BIEN, ERES UN/A MÁQUINA”
Por lo general a todo el mundo le cuesta menos quejarse y protestar que elogiar y valorar las cosas buenas… Nuestra actitud frente a las situaciones determina lo que le transmitimos a las personas que nos rodean, por eso es tan importante ser positivo. Porque es la diferencia entre el que sólo se ve rodeado de oscuridad y el que está fijándose en la luz que hay al final del túnel.
Nadie ha dicho que manejar a un hijo/a con TDAH sea fácil, pero tu actitud frente al trastorno sí que va a hacer que sea más o menos fácil:
- Si eres positivo: Tu hijo/a estará más motivado/a y se mostrará también más positivo (¡es contagioso!). Te sentirás menos estresado y angustiado, y descubrirás muchas cosas buenas de tu hijo/a que antes pasaban desapercibidas. Valorarás más lo que hace y querréis compartir más tiempo juntos.
- Si eres negativo: Aumentarás la frustración que siente el niño/a al no valorar las cosas buenas y positivas, entrarás en un círculo vicioso que incrementará tu angustia y estrés, por lo que no disfrutarás de la relación con tu hijo/a. Te verás tentado/a de tirar la toalla y lo mismo sentirá el niño/a.
No debes sentirte culpable por tener miedo o sentirte desbordado o desesperado en algunos momentos. Lo importante es que no pierdas la perspectiva. El TDAH es un trastorno que, como menciona Gloria López Ruiz (Presidenta de FACAM) en un artículo: “[…] no se cura, pero se puede llegar a convivir felizmente con él”. La actitud positiva es la clave para alcanzar esa feliz convivencia. http://www.tdahytu.es/ser-positivo-frente-al-tdah/
A continuación te proporcionamos las claves de una actitud positiva frente al trastorno por déficit de atención con hiperactividad:
COMPRENDER EL TDAH
Antes del diagnóstico, los padres ya se ven sometidos a una presión muy grande: ¿qué le pasa a nuestro hijo/a? ¿por qué? ¿en qué hemos fallado? ¿a quién tenemos que acudir? ¿cómo le podemos ayudar? Todas estas preguntas sin respuesta en un principio, crean angustia y estrés que desembocan en una gran frustración e impotencia.
En esta primera fase es muy importante informarse bien sobre el trastorno en fuentes fiables: webs en internet, asociaciones de pacientes, médicos especialistas en TDAH… De esta forma, irás encontrando poco a poco respuestas a tus preguntas, ayudándote a aceptar y comprender mejor a tu hijo/a.
CENTRARSE EN LO IMPORTANTE
Una vez que se ha realizado el diagnóstico y que se ha comprendido qué es y cómo afecta el TDAH, es muy importante que como padre/madre, centres tus esfuerzos en lo más importante: ayudar a tu hijo/a.
Son muchas las cosas que puedes hacer para que tu hijo/a lleve “una vida normal”. Partiendo de la comprensión del trastorno que hemos mencionado anteriormente, aprenderás cuáles son los síntomas más pronunciados (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad, o una combinación de estos), en función de los cuales adaptarás tus esfuerzos para apoyarle.
Destacaremos de forma general 4 aspectos importantes en los que tu ayuda es clave:
- Autoestima. Haz un esfuerzo por valorar más sus logros y éxitos que sus fracasos, y compártelo con él/ella. Tu valoración le enseñará a valorarse. Debes entender que él se esfuerza, quizás más que los demás, y no consigue resultados, por lo que prácticamente nunca recibe comentarios positivos.
- Organización. Tendrás que enseñarle a organizarse con mucha paciencia. Muéstrale trucos para acordarse de las cosas, organizad juntos las tareas, la repartición del tiempo por actividades… Pero siempre debes tener presente que debido a su trastorno no será tan obvio como para otro niño/a.
- Unión. Las situaciones que pueden surgir de la convivencia con un niño/a con TDAH pueden generar desacuerdos entre los padres al enfrentarse a los problemas. Procura tomar las decisiones juntos y que el niño/a sepa que las decisiones deben ser aprobadas por ambos. Esta unión evita disputas delante de los hijos y transmite coherencia, fuerza y estabilidad.
- Amor y cariño. Intenta no desesperarte y mantener la calma ante las situaciones difíciles. No debes tomarte las cosas de forma personal porque esto creará distancia entre tu hijo/a y tú. Habla con él/ella, juega, pasa tiempo haciendo algo juntos que a él/ella le interese y le guste. Vuestra relación se verá muy reforzada y te ayudará a no verlo todo tan negro.
CAMBIA EL “NO, ESTÁ MAL” POR EL “MUY BIEN, ERES UN/A MÁQUINA”
Por lo general a todo el mundo le cuesta menos quejarse y protestar que elogiar y valorar las cosas buenas… Nuestra actitud frente a las situaciones determina lo que le transmitimos a las personas que nos rodean, por eso es tan importante ser positivo. Porque es la diferencia entre el que sólo se ve rodeado de oscuridad y el que está fijándose en la luz que hay al final del túnel.
Nadie ha dicho que manejar a un hijo/a con TDAH sea fácil, pero tu actitud frente al trastorno sí que va a hacer que sea más o menos fácil:
- Si eres positivo: Tu hijo/a estará más motivado/a y se mostrará también más positivo (¡es contagioso!). Te sentirás menos estresado y angustiado, y descubrirás muchas cosas buenas de tu hijo/a que antes pasaban desapercibidas. Valorarás más lo que hace y querréis compartir más tiempo juntos.
- Si eres negativo: Aumentarás la frustración que siente el niño/a al no valorar las cosas buenas y positivas, entrarás en un círculo vicioso que incrementará tu angustia y estrés, por lo que no disfrutarás de la relación con tu hijo/a. Te verás tentado/a de tirar la toalla y lo mismo sentirá el niño/a.
No debes sentirte culpable por tener miedo o sentirte desbordado o desesperado en algunos momentos. Lo importante es que no pierdas la perspectiva. El TDAH es un trastorno que, como menciona Gloria López Ruiz (Presidenta de FACAM) en un artículo: “[…] no se cura, pero se puede llegar a convivir felizmente con él”. La actitud positiva es la clave para alcanzar esa feliz convivencia. http://www.tdahytu.es/ser-positivo-frente-al-tdah/
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